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Un coche de Policía Local patrulla las calles de la ciudad. / Avelino Gómez

Un hombre de mediana edad ha sufrido heridas de diversa consideración tras dispararse cinco veces en la cabeza con una pistola de balines de acero inoxidable. Previamente había retenido a su pareja en la vivienda en un posible caso de violencia de género.

La actuación de Policía Local logró evitar lo que podía haber sido una tragedia. La primera intervención tuvo lugar en la calle, cuando la patrulla observó a una pareja protagonizando una fuerte discusión de madrugada, pero la mujer descartó la ayuda. Poco después, la policía tuvo que acudir al domicilio porque el hombre tenía retenida a la chica en el interior y estaba armado.

Cuando los agentes llegaron a la vivienda, ella pedía desesperadamente ayuda pero no podía abrir la puerta porque las llaves las tenía el varón, que estaba armado y muy alterado. Mientras que los policías intentaban sin éxito derribar la puerta a patadas, se escucharon varios disparos.

Tras unos minutos, por fin pudieron acceder a la casa, encontrando al hombre tendido en el suelo en un gran charco de sangre ya que se había pegados dos tiros en la sien y continuaba accionando el gatillo dentro de la boca. También había balines incrustados en la puerta y en la pared, por lo que la investigación está abierta para esclarecer si disparó contra la mujer antes de hacerlo contra sí mismo.

Gracias a la rápida intervención de los servicios de emergencia, el herido pudo ser trasladado al hospital, y aunque ha sufrido lesiones, su vida no corre peligro. Ahora se enfrenta a un posible delito de violencia de genero y retención de persona, a la espera de que se aclare si los disparos que han quedado incrustados en la pared tenían como destinatario a la mujer o a los agentes que intentaban acceder a la vivienda, por lo que podría concurrir también una tentativa de homicidio.

Dentro de las actuaciones más destacadas de Policía Local a lo largo del fin de semana están dos accidentes urbanos muy aparatosos y que han sido muy comentados en los corrillos de la ciudad. Uno tuvo lugar en la mañana del domingo, cuando dos turismos chocaron en la calle San Agustín y uno de ellos quedó empotrado contra un local comercial. Afortunadamente ninguno de los dos conductores implicados sufrió lesiones.

También quedó en un susto el suceso ocurrido el sábado por la noche en las inmediaciones de Plaza Prim, donde una conductora se subió a la acera y se llevó por delante el semáforo de la calle Santa Lucia. Al parecer, la persona que estaba al volante presentaba síntomas evidentes de estar bajo la influencia de bebidas alcohólicas, por lo que se realizó la correspondiente denuncia.

Además, fue necesario avisar a la empresa que se encarga del mantenimiento de los semáforos de la ciudad para que procediera a su arreglo ya que había quedado inservible y es un cruce sin visibilidad en el que es necesaria dicha señal para regular el tráfico.