En el primer trimestre del año, la producción cayó un 13,1%. Menos exportaciones, más importaciones y un 2,5% de puestos de trabajo perdidos. Mientras tanto, los empresarios hacen acuerdos de "boca a boca".
La industria metalúrgica argentina atraviesa actualmente un golpe muy importante vinculado al declive de la construcción y la depresión petrolera a nivel mundial, además de la recesión en Europa y la amenaza latente de la llegada masiva de acero desde China, país famoso por su dumping. maniobras.
El sector metalúrgico está integrado por pequeñas y medianas empresas de capital nacional. Se dedican a abastecer el 40% del mercado interno, cuyos insumos provienen principalmente de multinacionales extranjeras.
La metalurgia es el corazón de la producción industrial por su articulación con otros sectores del sector, el alto contenido tecnológico que requiere para ser eficiente y la enorme cadena de valor agregado que germina en sus ramificaciones.
Un informe de la Asociación de Industrias Metalúrgicas de la República Argentina (Adimra) traza lo que está sucediendo en este sector, que es uno de los más golpeados de la economía en los últimos tiempos.
Según la Newsletter publicada por esta cámara empresarial, en el primer trimestre de 2016 “la producción metalúrgica se contrajo -13,1% interanual”, después de 2015 “que no presentó cambios en el nivel de actividad en relación al año anterior”. .
“En los tres primeros meses del año, el nivel de uso de la capacidad instalada (UCI) se situó en torno al 50,3%, mostrando un descenso interanual del -16,3%”, añade el trabajo publicado en los últimos días.
El boletín afirma que "alrededor del 40% de las empresas metalúrgicas sufrieron una caída en su facturación". Y menciona de pasada que "el empleo en la actividad se redujo un 2,5% entre diciembre y marzo" y que "el 40% de los empresarios del sector prevé una caída de la producción en el futuro inmediato"; lo que se traduce, sin pelos en la lengua, en un aumento de los despidos.
Las perspectivas están empeorando, porque “sigue habiendo una reducción en el volumen de comercio, ya que en el primer trimestre de 2016 las exportaciones metalúrgicas (US $ 550 millones) disminuyeron -23,7% interanual, mientras que las importaciones (u $ s 5.416 millones) aumentaron 2.0%. De esta manera, el sector acumula en el año un déficit comercial de US $ 4.865 millones, un 6,1% superior al del mismo período de 2015 ”.
Esta situación está atravesada por el debate nacional sobre la Ley Antidisposiciones, que pasó con media sanción de Senadores a la Cámara de Diputados y aún no se ha logrado obtener quórum para la votación.
Mientras Cambiemos continúa con sus maniobras para evitar una votación, 11.000 son los metalúrgicos que ya han estado en las calles.
Entre ellos se encuentran los trabajadores de Eitar que, para mantener sus puestos de trabajo, se hicieron cargo de la fábrica el jueves. Y hay una gran cantidad de empresas en las mismas condiciones. Como SIAT-Tenaris de Lanús.
El gobierno de Mauricio Macri, como si le hubieran sacado un as de la manga, logró firmar el texto “Estabilidad Ocupacional”. En él participaron, entre otras, grandes asociaciones empresariales como Techint, Arcor, Fiat, Irsa, AGD, el Banco Francés y varias cámaras empresariales.
Este "acuerdo" apela a la inusual "buena voluntad" de los reconocidos campeones de la explotación de no reducir su nómina en 90 días, la mitad de lo establecido en el proyecto de ley de emergencia ocupacional que el gobierno quiere frenar o amenaza con vetar si se convierte en ley.
“Ante el momento de cambio positivo que vive Argentina y de transición económica que genera dificultades a corto plazo, nosotros como empresarios queremos comprometernos”, dicen en ese documento que, leído con seriedad, llama a la risa a todos los trabajadores.
Durante la década de 1990, la industria metalúrgica había caído a mínimos históricos.
Con los años de Kirchner y de las “vacas gordas” hubo un repunte importante acompañado de la revalorización de las materias primas (acero y hierro entre otras) con una importante recuperación de puestos de trabajo. Hoy el camino parece ser al revés.
Guillermo Bentancourt, delegado de Siderca Campana expulsado de la UOM en 2009 por la burocracia sindical, dijo a La Izquierda Diario que “la situación de las empresas metalúrgicas no cayó del cielo. A fines de 2001, el sector empresarial se metió en la historia del modelo nacional y popular y el capitalismo de amigos, así como el sindicato, la UOM recuperó a cientos de afiliados en la generación de empleos superprecarios dándose golpes en el pecho diciendo: La UOM está donde tiene que estar ”.
“Este seguimiento al kirchnerismo transformó a la UOM en el sindicato que en doce años de trabajo conjunto solo logró deteriorar el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores, alcanzando hoy el salario promedio de sus 240.000 afiliados es de $ 10.000, con mucho viento para favorecer. Los aspectos decimonónicos que el kirchnerismo no solo no atacó sino que mantuvo y profundizó con el respaldo de la UOM, que tiene el récord de convocar planes de luchas y huelgas que nunca llevó a cabo, son los pilares desde los que se partió el macrismo. ubicado para llegar al poder del Estado, desde allí para desplegar un verdadero plan patronal hasta el final ”, agregó Bentancourt.
Por eso más que nunca es necesario organizarse desde las fábricas para evitar más despidos y lograr la reincorporación de los trabajadores que ya han sido despedidos en todo este tiempo. Y si hay empresas que despiden o cierran, que sean expropiadas y sean administradas directamente por sus trabajadores.
La lucha de los trabajadores también debe tener como bandera estratégica lograr el monopolio del comercio exterior, para que lo que se importa y lo que se exporta se planifique según las necesidades del país.
Los metalúrgicos, sumados a los miles de trabajadores que salen a luchar y los universitarios, bachilleres y docentes que luchan por la educación pública, deben unir fuerzas para dar una lucha común contra un gobierno que vino a intentar destruir a varios. de las conquistas históricas de los trabajadores.
En estos días vimos la importante lucha de los trabajadores petroleros que, junto a otros sindicatos, se oponen al ajuste en Comodoro Rivadavia. Y desde hace meses se desarrolla la lucha de los trabajadores en Tierra del Fuego, donde los trabajadores metalúrgicos dicen “presente”. Los metalúrgicos de todo el país, entonces, no pueden estar al margen de estas luchas.
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